Se refleja el brillo de la luna en el mar,
cae en mis párpados toda mi amargura
pesan toneladas, no permiten que vea con claridad;
quiero ver su luz, deseo saber que se siente
al tenerla frente a mi mirada,
sentir su pureza reflejada.
No se va ese nubarrón oscuro
que no deja de atormentarme,
impide hasta mis pensamientos
que sean libres y claros.
Se apodera del lugar,
se aproxima el huracán,
tengo miedo, quisiera escapar...
me llevó mi alma, me vació por dentro
dejándome en la soledad.
Nesecito una esperanza de salvación
algo que me quite todo este dolor,
un dios supremo, un guía, una creación
que no juzgue ni atormente
solo que me sepa dar amor,
que me haga conocer mi misión
en esta vida de crueldad y dolor.
Que me transforme, que me libere,
que me envuelva con una ilución,
que me de sueños de esperanza
en este camino desconcertado.
Un hechicero que embruje
todas las malicias
y las convierta en alegrías, en fantasías
en pasión sincera, en amor eterno...
Alguien que devuelva mi alma
pura y sana dentro mío
y vuelva a latir mi corazón.
Poco a poco mis pupilas logran ver su luz...
corre por mis venas una sensación
de alivio de calma, de ilución...
de querer vivir la vida de una forma
que sólo alguien con un gran corazón
puede lograr y puede dar.
¡Abro los ojos! y estoy viendo algo
que ilumina y purifica todo mi ser!
Acaba de nacer una estrella única,
la más hermosa: MI VERDADERO AMOR, EL DUEÑO DE MI SER.