Fotografía realizada por Sergio Rodriguez. Gracias por permitir que la publique.
Soy la voz de mi alma que susurra en este silencio las palabras que se ahogan dentro de mi garganta.
Como un rayo de sol atraviesas y vistes con tu brillo cada lugar que presencio.
Cada paso que doy, cada rincón está invadido de tu recuerdo.
Observo ese triste banco vacío. Vacío de amor, vacío de esperanzas, lleno de dolor.
Cubierto de las hojas otoñales que danzan con su aspereza y sequedad en la fuente de agua. Aquella que alguna vez fue testigo de nuestra promesa de amor. De nuestros besos, esos, que se entremezclaban con el perfume del jazmín embriagándonos de ternura y pasión.
Caen las ramas vencidas del árbol, esas en donde se reflejaba la alegría de tu mirada cuando te dejabas hipnotizar por mis pupilas enamoradas. Él era testigo de cuánto dolor recaía en mí cuando secaba tus lágrimas en los días que se alejaba el verano. Ese gran árbol era nuestro confidente cuando luchábamos por nuestros miedos, por nuestra angustia y recibíamos uno del otro el consuelo. Él guardó el secreto de todos nuestros sueños rotos, sueños que vimos volar despedazados por el aire, como esas hojas resecas cuando se las lleva el viento con su furia.
Y hoy, seguís en mi alma, en mi corazón; en mi mente, en mis suspiros, en mi dolor. Ante el iris de mis ojos que capta el brillo del resplandor del sol. Imponente, embelleciéndolo todo, atravesándome e iluminando mi interior. Transformando mis oscuros días, sintiendo que ahí estás, en su brillo intenso.
Pero... Ya no estoy. Ya no estás. Todo este tiempo de tanto dolor, sangró lo suficiente mi corazón por no sentir tu mano extendida, por no ser yo, quien cambiaba tu llanto a risas, como antes, cuando en el ayer renacías entre mis brazos después de morir en vida.
No. Ya no estás. Solo dejaste tu luz, tu paz, en cada lugar; en cada rincón de mi alma. Y yo sigo atada a vos, a tu dolor, a tu amor... dentro de mi oscuridad.
Dolorosas letras... letras que, quizás quedaran impresas en ese, tu corazón sangrante, mientras esperabas, cómo cambiar el curso del río, para al fin alcanzar el mar..., ese mar... de lágrimas y gemidos de dolor. Dolorosas tus letras amiga mía... aunque nunca exentas de belleza y de amor. Un fuerte, muy fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias por adornar mi rincón von palabras tan sentidas.
EliminarUn beso grande amigo.
intenso es tu dolor oscuras son tus noches pero en las largas noches donde el lucero brilla con mas intensidad siempre permaneceras en mi recuerdo jamas pienses en el olvido solo es silencio y distancia sseadmv
ResponderEliminarSilencio y distancia
Eliminarlo siente mi alma,
a través del brillo de nuestro lucero
me llega silencioso tu consuelo.
Gracias por este regalo a mi alma. sseadmv
Cuanta añoranza en tus palabras, cuanto esperamos de la persona amada y cuantos recuerdos nos quedan al final del camino, muy bello mi linda Kary, besitos..😔
ResponderEliminarDemasiada añoranza amiga. Las palabras que se escriben desde el alma atraviesan mares... Un beso grande, muy grande.
Eliminar¡Ah! el amor, el desamor, nos traen de cabeza siempre.
ResponderEliminarCierto Santiago, así es el amor. Muchas gracias por pasar y comentar :)
EliminarUn beso.